Escribir terror

Elementos de terror V: Monstruos

La primera acepción que nos devuelve la RAE cuando buscamos la palabra monstruo es «ser que presenta anomalías o desviaciones notables respecto a su especie». Sin embargo, en otro de sus significados en español la connotación nos lleva al extremo contrario y monstruo puede utilizarse para calificar a «alguien o algo excesivamente grande o extraordinario en cualquier línea». El espectro que aparece ante los usos del concepto son cuanto menos curiosos. En este caso, nos vamos a centrar en la primera acepción, que concuerda con el significado en la mayoría de las lenguas.

Qué es un monstruo

Según lo anteriormente mencionado, el monstruo debe ser una criatura que difiere notablemente de sus compañeros de especie, pero a esto habría que añadir que esa anomalía se suele considerar negativa y conlleva causar espanto o temor en los demás. Así, podríamos calificar de monstruo cualquiera de las criaturas que plagan los mitos y leyendas de la Historia (vampiros, hombres lobo, cíclopes, zombis, etc). Sin embargo, hay que fijarse en algo más: todos estos seres tienen en común, además, una cualidad física que los hace desagradables o feos y este es un aspecto repetitivo en las historias de terror. Lo antiestético, lo deforme, causa miedo. ¿No te preguntas por qué?

La cosa (John Carpenter, 1982)

Por un lado, lo no normativo nos asusta porque nos arrebata el poder de controlar lo que sucede, la certidumbre. Sabemos cómo reaccionar y qué esperar de una persona con una cabeza, pero si tiene tres, ¿qué va a hacernos? ¿es peligrosa? (estoy convencida de que esta es la razón por la que siempre imaginamos a los extraterrestres más «feos» que nosotros). Por otro lado, esa fealdad representa todo lo que odiamos en nosotros mismos, nuestros defectos más profundos. Aquello que proyectamos en el monstruo nos define. Piensa en el vampiro y su deseo de sangre (vida eterna), sus dotes para la atracción y la sensualidad (sexo y pecado), su comunión con la noche y todos los seres que la habitan (el peligro), y como esto se acaba transformando en un ser horrendo de oscuras intenciones. No es más que una expresión de todo lo que se temía y se rechazaba en la época en que se creó.

¿Por qué nos atraen los monstruos?

Dr. Jekyll and Mr. Hyde (Rouben Mamoulian, 1931)

A pesar de ser la representación física de miedos y defectos humanos, el monstruo es uno de los tropos más utilizados y adorados de los amantes del terror y la fantasía. La razón es bien sencilla: es al ver nuestras partes oscuras reflejadas en otros cuando nos descubrimos verdaderamente humanos y nos sentimos parte del grupo. Nadie se identifica con un personaje perfecto, que jamás se equivoca y que carece de defectos odiosos, a veces hasta imperdonables. Nos sabemos seres imperfectos y requerimos de algo similar para sentirnos comprendidos, acompañados. Los monstruos son una especie de confirmación de nuestra identidad más oculta, aquella que nos esforzamos por esconder ante una sociedad que busca la perfección. La fealdad, lo deforme, la crueldad, la lujuria, el ansia de poder, lo odioso, todo eso forma parte de la condición humana y el monstruo no es más que la otra cara de quiénes somos.

Pero existe otra razón que la acompaña: el monstruo jamás se avergüenza de serlo, se acepta tal y como es. Es solo cuando es visto a través de ojos humanos o se comienza a humanizar cuando duda de si mismo y se observa en su monstruosidad. Pongamos como ejemplo al monstruo de Frankenstein y sus deseos de parecerse más a su creador (aunque aquí también influye el significado de la búsqueda de la conexión con dios); algunas versiones de Drácula (como la de Coppola) que titubea al ver su naturaleza vampírica; o el hombre lobo que solo sufre remordimientos una vez recupera su forma humana.

The faculty (Robert Rodríguez, 1998)

Además, el monstruo engloba partes injustas y horribles de la sociedad en su conjunto en un intento de explorarlas y quizás encontrar una causa (y su cura, por qué no). Piénsalo, ¿cómo surge el monstruo? Si te fijas un poco, te darás cuenta de que, en su mayor parte, son consecuencia de un hecho cruel perpetrado por la sociedad sobre un individuo el que da como resultado eso que llamamos monstruo. Las leyendas de casi cualquier civilización están plagadas de hombres y mujeres maltratados que acabaron transformándose en una serpiente, un vampiro o cualquier otra criatura sedienta de venganza (y con razón, ¿verdad?). Por eso nos gustan, porque los comprendemos. Todos hemos sufrido alguna vez a manos de este mundo cruel por ser diferentes.

Tipos de monstruos

La lista es larga, así que no me voy a poner a enumerar todos los que existen (y además, afortunadamente, habrá muchos que se inventarán), pero sí que podemos clasificarlos en dos grupos: los villanos y los incomprendidos.

Como expliqué más arriba, los monstruos nacen como tal (o de los que no sabemos su origen) y los que se hacen. Así, normalmente la perspectiva desde la que se cuenta la historia cambia. Las criaturas que se colocan en la categoría de villanos suelen ser monstruos sin ninguna cualidad humana que los redima. Son crueles hasta límites insospechados, sin atisbo de arrepentimiento ni inquietud por sus acciones, no expresan misericordia por la humanidad (de hecho su objetivo suele ser destruirla) y su belleza, si la poseen, suele ser utilizada para embaucar y causar más daño aún. Aquí podemos encontrar a animales extraños reales o no (basiliscos, kraken, dinosaurios…), a demonios, seres mitológicos y a extraterrestres.

En la segunda categoría entrarían los monstruos que la sociedad ha fabricado de modo consciente (robots, máquinas, experimentos científicos, etc) o no (vampiros, asesinos en serie tipo Jason, el de Frankestein, el fantasma de la ópera, el hombre invisible, etc). Me gustaría destacar la cantidad de monstruos femeninos que también plaga el imaginario colectivo y que ha recibido poca atención, a pesar de causar tanta o más fascinación que su contraparte masculina. La mitología griega y romana cuanta con unas cuantas criaturas interesantes, pero mis favoritas son patrimonio de la mitología japonesa.

Además no olvidemos la «monstrua» por antonomasia, la maltratada figura de la vampiresa. (Te dejo un gran artículo del blog de Alicia Pérez Gil sobre el tema).

Recomendaciones

Te dejo una lista de libros y películas donde profundizar en el estudio del monstruo como elemento de terror (aunque esté es un tema que daría para unos cuantos tomos de enciclopedia):

Libros

Frankenstein, Mary Shelley

Alicia a través del espejo, Lewis Carroll

Los relatos de H.P. Lovecraft

El extraño caso del doctor Jeckyll yel señor Hyde, Robert Louis Stevenson

La historiadora, Elizabeth Kostova

Coraline, Neil Gaiman

Las brujas, Roald Dahl)

Sunshine, Robin McKinley

The lives of Tao, Wesley Chu

Películas

El gabinete del doctor Caligari (Rober Wiene, 1920)

El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006)

Un monstruo viene a verme (Juan Antonio Bayona, 2016)

Tren a Busan (Yeon Sang-Ho, 2016)

La forma del agua (Guillermo del Toro, 2017)

It (Andrés Muschietti, 2017)

Aniquilación (Alex Garland, 2018)

Si te ha gustado este artículo, puedes suscribirte para recibir una vez al mes la lista de posts y mi ebook gratuito Al otro lado del espejo (y de paso apoyarás a esta guionista de terror que os escribe) o invitarme a un café para que me pueda seguir escribiendo. Lo hagas o no, gracias por leerme.

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Veronica Cervilla Ruiz.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a bluehost que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad