Elementos de terror V: Monstruos
La primera acepción que nos devuelve la RAE cuando buscamos la palabra monstruo es «ser que presenta anomalías o desviaciones notables respecto a su especie». Sin embargo, en otro de sus significados en español la connotación nos lleva al extremo contrario y monstruo puede utilizarse para calificar a «alguien o algo excesivamente grande o extraordinario en cualquier línea». El espectro que aparece ante los usos del concepto son cuanto menos curiosos. En este caso, nos vamos a centrar en la primera acepción, que concuerda con el significado en la mayoría de las lenguas.
Qué es un monstruo
Según lo anteriormente mencionado, el monstruo debe ser una criatura que difiere notablemente de sus compañeros de especie, pero a esto habría que añadir que esa anomalía se suele considerar negativa y conlleva causar espanto o temor en los demás. Así, podríamos calificar de monstruo cualquiera de las criaturas que plagan los mitos y leyendas de la Historia (vampiros, hombres lobo, cíclopes, zombis, etc). Sin embargo, hay que fijarse en algo más: todos estos seres tienen en común, además, una cualidad física que los hace desagradables o feos y este es un aspecto repetitivo en las historias de terror. Lo antiestético, lo deforme, causa miedo. ¿No te preguntas por qué?
Por un lado, lo no normativo nos asusta porque nos arrebata el poder de controlar lo que sucede, la certidumbre. Sabemos cómo reaccionar y qué esperar de una persona con una cabeza, pero si tiene tres, ¿qué va a hacernos? ¿es peligrosa? (estoy convencida de que esta es la razón por la que siempre imaginamos a los extraterrestres más «feos» que nosotros). Por otro lado, esa fealdad representa todo lo que odiamos en nosotros mismos, nuestros defectos más profundos. Aquello que proyectamos en el monstruo nos define. Piensa en el vampiro y su deseo de sangre (vida eterna), sus dotes para la atracción y la sensualidad (sexo y pecado), su comunión con la noche y todos los seres que la habitan (el peligro), y como esto se acaba transformando en un ser horrendo de oscuras intenciones. No es más que una expresión de todo lo que se temía y se rechazaba en la época en que se creó.
¿Por qué nos atraen los monstruos?
A pesar de ser la representación física de miedos y defectos humanos, el monstruo es uno de los tropos más utilizados y adorados de los amantes del terror y la fantasía. La razón es bien sencilla: es al ver nuestras partes oscuras reflejadas en otros cuando nos descubrimos verdaderamente humanos y nos sentimos parte del grupo. Nadie se identifica con un personaje perfecto, que jamás se equivoca y que carece de defectos odiosos, a veces hasta imperdonables. Nos sabemos seres imperfectos y requerimos de algo similar para sentirnos comprendidos, acompañados. Los monstruos son una especie de confirmación de nuestra identidad más oculta, aquella que nos esforzamos por esconder ante una sociedad que busca la perfección. La fealdad, lo deforme, la crueldad, la lujuria, el ansia de poder, lo odioso, todo eso forma parte de la condición humana y el monstruo no es más que la otra cara de quiénes somos.
Pero existe otra razón que la acompaña: el monstruo jamás se avergüenza de serlo, se acepta tal y como es. Es solo cuando es visto a través de ojos humanos o se comienza a humanizar cuando duda de si mismo y se observa en su monstruosidad. Pongamos como ejemplo al monstruo de Frankenstein y sus deseos de parecerse más a su creador (aunque aquí también influye el significado de la búsqueda de la conexión con dios); algunas versiones de Drácula (como la de Coppola) que titubea al ver su naturaleza vampírica; o el hombre lobo que solo sufre remordimientos una vez recupera su forma humana.
Además, el monstruo engloba partes injustas y horribles de la sociedad en su conjunto en un intento de explorarlas y quizás encontrar una causa (y su cura, por qué no). Piénsalo, ¿cómo surge el monstruo? Si te fijas un poco, te darás cuenta de que, en su mayor parte, son consecuencia de un hecho cruel perpetrado por la sociedad sobre un individuo el que da como resultado eso que llamamos monstruo. Las leyendas de casi cualquier civilización están plagadas de hombres y mujeres maltratados que acabaron transformándose en una serpiente, un vampiro o cualquier otra criatura sedienta de venganza (y con razón, ¿verdad?). Por eso nos gustan, porque los comprendemos. Todos hemos sufrido alguna vez a manos de este mundo cruel por ser diferentes.
Tipos de monstruos
La lista es larga, así que no me voy a poner a enumerar todos los que existen (y además, afortunadamente, habrá muchos que se inventarán), pero sí que podemos clasificarlos en dos grupos: los villanos y los incomprendidos.
Como expliqué más arriba, los monstruos nacen como tal (o de los que no sabemos su origen) y los que se hacen. Así, normalmente la perspectiva desde la que se cuenta la historia cambia. Las criaturas que se colocan en la categoría de villanos suelen ser monstruos sin ninguna cualidad humana que los redima. Son crueles hasta límites insospechados, sin atisbo de arrepentimiento ni inquietud por sus acciones, no expresan misericordia por la humanidad (de hecho su objetivo suele ser destruirla) y su belleza, si la poseen, suele ser utilizada para embaucar y causar más daño aún. Aquí podemos encontrar a animales extraños reales o no (basiliscos, kraken, dinosaurios…), a demonios, seres mitológicos y a extraterrestres.
En la segunda categoría entrarían los monstruos que la sociedad ha fabricado de modo consciente (robots, máquinas, experimentos científicos, etc) o no (vampiros, asesinos en serie tipo Jason, el de Frankestein, el fantasma de la ópera, el hombre invisible, etc). Me gustaría destacar la cantidad de monstruos femeninos que también plaga el imaginario colectivo y que ha recibido poca atención, a pesar de causar tanta o más fascinación que su contraparte masculina. La mitología griega y romana cuanta con unas cuantas criaturas interesantes, pero mis favoritas son patrimonio de la mitología japonesa.
Además no olvidemos la «monstrua» por antonomasia, la maltratada figura de la vampiresa. (Te dejo un gran artículo del blog de Alicia Pérez Gil sobre el tema).
Recomendaciones
Te dejo una lista de libros y películas donde profundizar en el estudio del monstruo como elemento de terror (aunque esté es un tema que daría para unos cuantos tomos de enciclopedia):
Libros
Frankenstein, Mary Shelley
Alicia a través del espejo, Lewis Carroll
Los relatos de H.P. Lovecraft
El extraño caso del doctor Jeckyll yel señor Hyde, Robert Louis Stevenson
La historiadora, Elizabeth Kostova
Coraline, Neil Gaiman
Las brujas, Roald Dahl)
Sunshine, Robin McKinley
The lives of Tao, Wesley Chu
Películas
El gabinete del doctor Caligari (Rober Wiene, 1920)
El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006)
Un monstruo viene a verme (Juan Antonio Bayona, 2016)
Tren a Busan (Yeon Sang-Ho, 2016)
La forma del agua (Guillermo del Toro, 2017)
It (Andrés Muschietti, 2017)
Aniquilación (Alex Garland, 2018)
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